Un año ya....

Precisamente hoy hace un año que supe que iba a trabajar en Invoost, mi primer trabajo, la primera startup en la que participaría...tantas primeras veces que asustaba.

365 días después no me cabe la menor duda de que todo esto ha sido muy precoz. Si, queridos lectores, he vivido muchísimas cosas demasiado pronto.Y lo agradezco. Lo agradezco porque es penoso el sentimiento español hacia la creación y la gente que quiere salirse del camino que marca la sociedad.

Estudiar, sacarse la carrera, trabajar para una gran empresa, casarse, tener hijos y jubilarse tranquilo. No lo neguéis, nos educan para eso. Últimamente pienso mucho en esto, y pienso, ¿por qué? ¿Por qué todos tenemos que seguir esta línea? No lo entiendo.

Quizá sea yo, no os digo que no, mis queridos lectores, pero la pregunta que os debéis hacer es, ¿cuál es vuestra felicidad, cómo la vais a alcanzar? Es fácil responder a esa pregunta para la mayoría de personas, y la mayoría siguen el típico tópico que os he comentado, es bueno que haya gente así. Debe haberla. Pero ¿os imagináis un mundo en el que todos sigamos esta línea de vida, sin que nadie destaque, o peor aún, sin que nadie tenga sueños por crecer y salirse de esa línea? Sería horroroso.

En este año si me he dado cuenta de que ese plan de vida apesta. Siendo francos, es la verdad. Al menos para mí si. Llego a comprender que es la vía fácil, yo gracias a las oportunidades que he tenido en este año, he decidido que esa no va a ser mi vida.

Y si alguno de vosotros os preguntáis cuál va a ser, la única respuesta que os puedo dar, es que no lo sé. Y no sabéis lo bien que me siento al no saber lo que me espera mañana, las oportunidades que me va a dar la vida de aprender, de cambiar de rumbo sin previo aviso, de ser distinto...

Oh, Dios mío, que año he vivido, qué de gente he conocido, qué de historias he vivido, oh, qué de sueños he cumplido, y oh, qué de sueños sigo teniendo. Todo lo que me prometí a mi mismo cumplir durante este año se ha cumplido, y muchas más cosas que sabéis que ni siquiera cabían en mi pequeña cabeza al imaginármelas las he vivido y sentido.

Ya lo puse una vez, y lo vuelvo a poner, mi vida no es mejor ni peor que la tuya, únicamente es la de un simple joven con sueños por cumplir, pero no son esos sueños de vivir tranquilo, casarse y tener hijos, no querido lector, esos no, son los de marcar la diferencia, los de conseguir que mis opiniones cuenten, que influyan, los de crear cosas que la gente necesita, los de al fin y al cabo ser yo mismo y que el mundo me deje serlo.

¿Sabéis qué? Creo que esta situación reflejaría mi año. Venecia. Baile de disfraces. Cientos de personas con máscaras. Nunca sabrás qué hay detrás de esa máscara...es así cómo funciona el mundo, es así como somos las personas, es así como nos hace ser la sociedad.

¿Y mi máscara? Bueno queridos lectores, mi máscara es transparente, no puedo negar lo que soy, ni lo que he sido, ni lo que pienso o deje de pensar,  no puedo negarme a mí mismo. Jamás. Y es por eso, por lo que creo que así puedo marcar la diferencia, por ser yo mismo.

Mi querido amigo y lector, si pudiera darte un consejo antes de entrar al baile de disfraces te diría que tu máscara fuese inexistente. Y que al entrar a ese baile rodeado de máscaras de buitres, zorros, y parásitos, te sientas tú mismo, sino mi querido lector, esa máscara se irá haciendo contigo hasta que ya ese buitre, zorro o parásito se haya adueñado de ti. 

Sé leal a tus principio, oh la lealtad, que gran palabra y qué vacíos son sus actos. Lealtad, ¿sabéis mi opinión sobre ésta?Ya no existe. Somos humanos, si, somos imperfectos también, ¿pero ahora,  hemos de ser desleales a nuestros principios? Piénsalo.

Un año ya, 365 días, muchas lecciones, muchas máscaras que he tenido delante mío y muchas cosas que soportar. Pero, mis queridos amigos, es cierto que el tiempo pasa, y es el amigo más leal que puede tener una persona, ¿por qué? Por qué al final es el que te ayuda a ver esas horripilantes máscaras...

Mi vida no va a ser ese plan de vida, que quizá tú, luches por él, te apoyaré para que seas feliz, mi querido lector, pero mi plan de vida no será así, en resumen sería el ser yo mismo, y por cada sitio que pase, cada cosa que haga, y cada persona que conozca, marque la diferencia. Y cuando consiga eso, cuando consiga arreglar tantas imperfecciones que veo hoy, es ahí cuando podré ser feliz y vivir tranquilo, hasta entonces, mi querido lector, no te dejes comer por esas máscaras, sé tu mismo y lucha por tu felicidad.

         "Contemplari et contemplata aliis tradere"